La casa de las sombras, de Adam Nevill, nos presenta a Catherine, una mujer que, tras salir mal parada de su último trabajo, consigue empleo en una casa de antigüedades. Allí, se le asigna la tarea de catalogar los objetos de una propiedad peculiar: la casa de M H Mason, un hombre que en vida fue taxidermista y creador de títeres y muñecos.
Tras su muerte, la casa pasa a manos de su sobrina, quien, después de años de silencio, decide abrir sus puertas a la casa de antigüedades para seleccionar piezas que serán subastadas.
Así, Catherine se ve envuelta en el misterio de la Casa Roja. Obligada a quedarse en este inquietante lugar, se enfrenta a situaciones bastante turbias, donde el terror que emana de la casa se entrelaza con sus propios traumas infantiles y las pérdidas que ha sufrido en su vida adulta.
Una atmósfera perturbadora… pero con un desenlace frustrante
Esta novela me mantuvo inquieta de principio a fin. Nunca había leído nada de Adam Nevill, y debo reconocer que en La casa de las sombras logra construir una atmósfera opresiva, enredando poco a poco la mente de la protagonista y del lector.
Es una historia con pocos personajes, pero la tensión que generan en el inicio me hizo sentir una intranquilidad real, algo que muy pocas novelas de terror han logrado en mí.
Sin embargo, a partir de la mitad del libro, la historia empieza a desdibujarse. La trama se vuelve confusa, ya que el autor no explica claramente por qué ocurren los sucesos paranormales. Esto llevó a un momento anticlímax que afectó por completa mi experiencia de lectura.
Una protagonista pasiva y un final decepcionante.
Uno de los aspectos que más me frustró fue la actitud de Catherine. Una y otra vez tuvo la oportunidad de salvarse del terror que la acechaba, pero desperdició todas sus oportunidades. Quería verla luchar, pero en su lugar, se entregó completamente a la situación, lo que hizo que desconectara emocionalmente de la historia.
El final me dejó con un mal sabor de boca. Sin entender el origen de la maldición, sumado a la pasividad de la protagonista, me hizo sentir que perdió el tiempo. Una trama que al inicio parecía muy bien construida, al final terminó diluida y sin un cierre satisfactorio.
¿Vale la pena leer La casa de las sombras?
Si disfrutas de novelas de terror con atmósferas inquietantes y opresivas, es posible que este libro te atrape en su primera mitad. Sin embargo, si esperas una historia con respuestas claras y un desenlace impactante, puede que te lleves una decepción.
En definitiva, un libro que me enganchó al inicio, pero que terminó por dejarme insatisfecha.
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